domingo, 3 de enero de 2010

Volver,Volver.




El ejercicio finalmente es siempre el mismo desprenderse, volver a armarse, acostumbrarse, dejar y no pensar demasiado porque si no es seguro: no podes seguir.
Buenos Aires es mi lugar, es mi tierra, es donde vive Domitila es de adonde nunca se fue.
Buenos Aires tiene mis códigos, mi volumen de vos y de voz, mi malcriadez y mi historia repartida en veredas y números de teléfonos que conozco de memoria.
Buenos Aires tiene la espontaneidad de poder tener un conference call encima de la moto de un amigo en la vereda del bar de tu intima amiga, la facilidad de un pueblo así como la complejidad de un país que esta en el trasero del mundo y que a veces te encierra y no te permite salir a ser parte del universo, lo que te crea una resistencia muchas veces soberbia.
Pero llegué y automáticamente la parte mía que no estaba me explotó (mi sobre mi) como una ola fuerte. Las olas fuertes son ricas y revitalizantes pero después de un tiempo también son cansadoras y si estas distraído pueden revolcarte por el suelo lastimarte y darte sensación de ahogo.
Volver es así, es una ola fuerte en todas sus formas.
Yo siempre fui una enamorada del mar...el mar amamanta y de alguna forma de éste mar yo nunca me voy a querer destetar.
Suena Buika de fondo y dice:
Este amor apasionado
anda todo alborotado por volver.
Voy camino a la locura
y aunque todo me tortura, sé querer.

Nos dejamos hace tiempo
pero me llegó el momento de perder.
Tú tenías mucha razón;
Le hago caso al corazón
Y me muero por volver.
Y volver, volver, volver
a tus brazos otra vez;
Llegaré hasta donde estés;
Yo sé perder, yo sé perder;
Quiero volver, volver, volver



Buenos Aires, yo me voy pero sé que quiero volver, siempre a tus brazos otra vez. Mientras tanto te dejo una parte mía que solo existe con vos y me voy a otra que aun no conoces.

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